FOTOGRAFÍA: JAEDA DeWALT
La noche caía lentamente tomando posesión de cada instante, la luna amagada ya demasiados días tras algunas nubes se asomaba por unos momentos a saludarla y ella desde aquel palco flotando sobre el mar la saludaba con una sonrisa soñadora.
-¿Tienes respuesta?
-Sí
-¿Entonces qué?
-Entonces nada
-¿Nada?
-Nada
-No quieres hablar
-Ahora no
Empezaba a hacer un poco de frio, el sol no había podido calentar lo suficiente los últimos días cubierto por las nubes, cogió un pañuelo azul de la cómoda, últimamente sin saber cómo se había convertido en su color fetiche, se lo puso sobre los hombros casi sintiendo un escalofrió y salió. Cruzó a unos metros del paso de peatones, y dejó el sendero a su derecha trazando su propio camino a la orilla, se sentó a escucharlo, le encantaban las historias lejanas, pero se conocía y evitó perder la noción del tiempo, se levantó y comenzó a andar.
-¿Has hablado con ella?
-No, no quiere
-Pero lo has intentado
-Varía veces
-¿Y?
-Solo da dos respuestas o el silencio o nada
-Nada es lo que me pasa a mí, no entiendo nada
-Si te sirve de consuelo, no eres la única
-Los sé, ¿Dónde está ahora?
-¿Dónde está siempre?
-Ha empezado de nuevo
-Sí
-Hay que hacer algo
-Si ella no quiere, ni tú, ni yo ni nadie puede hacer nadaSigue leyendo «Cambio de escenario»
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