Al aeropuerto del Prat no había llegado todavía el amanecer y ya arrastraba dos maletas… una inmensa, otra dispuesta a viajar con ella miles de kilómetros… era un sábado al que el sol aún no había saludado y sin embargo llegaría a Chicago a la hora de comer…
-Pase por favor… No, las botas debe quitárselas…
-Ya empezamos…
-Señora lleva unas tijeras en el bolso
-¿Y?
-No puede
-¿Qué hago con ellas?
-Las deja aquí…
-Pues empezamos bien… quédese las tijeras… ¿algo más?
-¡¡Buen viaje!!
-Eso espero…
Milán, aeropuerto de Malpensa, ocho de la mañana…
-¡No! No puede ser… lo estoy leyendo mal, el vuelo no puede estar suspendido… ¿Dónde estará mi maleta? Allí, preguntaré, en que le hablo, inglés, italiano, italiano, inglés…Sigue leyendo «Viaje en tonos naranja»
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