COLIBRÍS EN LA VENTANA

Como nuez caída del árbol,
así me dejaba llevar por otras voces,
gestos, miradas, palabras,
ausencias y presencias que me vestían eterna en traje de noche.
Respiré.
Tomé aire consciente de la vida entrando en mí,
lo dejé marchar y con él algunas cicatrices de la mente,
sentí que mi paso se hacía más ligero,
en cada expirar soltaba marcas de un ayer que llegó a ahogarme.
Respiro. Agradezco. Lato. Siento.
El rostro del espejo con los rasgos de los años brilla lo que en jóvenes momentos era a tiempos flor marchita.
Viví aletargada, si vivir en propio cadáver que aún respira, merece el uso del verbo que nos permite ser.
Tomé otras fuentes,
agua resbalaba por mi cuerpo y mi garganta para renacerme,
sudé cenizas y temblé con la nueva savia que recorría cada uno de mis cuerpos,
de dentro afuera,
como licor que explota en la boca y arrasa todos los sentidos,
así me embriagué de mí y empecé a abrazarme.
Aún a veces me reprocho,
pero los amores que tengo conmigo inundan el plexo y se fugan en los destellos de mi mirada.
Alas de ángel.
Seres de luz.
Tardes paseando en un tacto que crea amor y dulces bocados a una existencia que puse del revés.
Quizá ya no me conozcas, 
soy la de hadas y duendes,
colibrís en la ventana,
mariposas en la senda,
y risas en el ombligo.
Quizá no soy ya de tu gusto,
pero ahora, el gusto es mío.

CURTIDA EN FRAGUA

Hoy podría poner la palabra en tu boca a besos,
podría sostener el mundo en una caricia en mi viaje a ti,
quizá algunas cumbres fueran altas y frías,
o la humedad y el calor quisieran desdibujarme,
pero mi silueta se forjó de hierro al calor del fuego de muchos instantes,
imagina una fragua, ese aire que aviva la lumbre me alzó en un vuelo a tu piel también curtida del verbo vivir.
Hoy podria, y mañana y luego,
porque no soy roca,
soy mar viajando en olas hasta el alto donde me esperas,
y al llegar a la playa,
alas de pájaro me elevarán hasta ser en ti,
por mí, de ti, de mí, por ti,
que humanos somos haciendo camino en suelas gastadas de años y suspiros,
espera, no impacientes,
toma el aire que te mando y bésalo como dulce en tu boca mientras empiezo el viaje.